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El Presidente le quitó peso a la caída de las ventas de los supermercados al argumentar que cada vez se compra más online, en el portal de Galperin. Pero allí no se venden alimentos frescos y las empresas de envasados, bebidas y artículos de higiene admiten que esa vía de comercialización por ahora les resulta poco significativa.
Después de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reconociera que las ventas de supermercados en febrero pasado crecieron sólo 1,5% respecto del pozo de un año atrás y cayeron 0,3% en relación a enero, el presidente Javier Milei intentó negar otra vez lo evidente. “Si está creciendo tanto el PBI, no puede ser que no esté creciendo el consumo, de hecho, si lo tomás por cuenta nacional, el consumo está volando. Lo que está pasando es que está cambiando la modalidad de consumo. Si yo tuviera que mirar algo, yo miraría los balances de empresas que se dedican al e-commerce porque cambió la modalidad del consumo. Hoy te comprás un montón de cosas por Mercado Libre. Entonces, me parece que habría que mirar los balances de Mercado Libre y seguramente vas a ver que los números son tremendos”, argumentó.
La empresa de Marcos Galperin, la segunda más grande de todos los rubros de Latinoamérica -detrás de la mexicana FEMSA-, no publica los datos discriminados por país y productos que vende. Pero está claro que no comercializa alimentos frescos como carnes, verduras, frutas o lácteos. Sí vende, y cada vez más, artículos de limpieza, higiene y del hogar, bebidas y alimentos secos.
Sin embargo, esas ventas significan poca facturación para las grandes marcas de consumo masivo, desde las de bebidas y comida procesada hasta las de artículos de limpieza. elDiarioAR consultó a varias de ellas y tres respondieron con contundencia. “No es significativo nuestras ventas hoy en comercio electrónico en forma directa. Lo que no significa que sí lo hagamos por el canal de supermercados vía e-commerce”, contestó una. Claro, esas ventas de los súper online están contabilizadas por el Indec. Es decir, están reflejadas en las estadísticas que marca un consumo estancado.
“Es bajo el número de lo que se vende de consumo masivo por Mercado Libre”, responde otra marca. Reconoce que es menos del 0,5% de su facturación. Otra coincide: “Poco y nada se vende por Mercado Libre”. Admite que sólo 1,5% de sus productos se comercializan en forma electrónica, lo que incluye Mercado Libre, PedidosYa, Rappi y las páginas web de Coto, Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco) y otras cadenas.
Dos fuentes vinculadas al supermercadismo cuenta que las grandes cadenas concentran un tercio del consumo masivo. A su vez, dentro del rubro supermercados, el 80% está en cuatro manos: Coto, Carrefour, Cencosud (Vea, Disco y Jumbo) y Día. Admiten que Mercado Libre pretende crecer, pero advierten que por ahora los que más se expanden en el sector son Rappi y PedidosYa.
El comercio electrónico aumenta efectivamente en la Argentina y el año pasado facturó 181% más que en 2023, aunque a eso hay que ajustarlo por la inflación del 117%. Las categorías que apuntalaron las ventas en el mundo digital fueron: primero, pasajes y turismo; segundo, justamente alimentos, bebidas y artículos de limpieza; tercero, equipos de audio, imagen, consolas, tecnología y telefonía; cuarto, artículos para el hogar, como muebles y decoración; y quinto, electrodomésticos, según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).
AR/DTC
Tanto en la cena de la Fundación Libertad como en el debate porteño, el asesor más influyente del Presidente hizo gestos que opacaron el protagonismo de Manuel Adorni. La incógnita Karina.
Durante más de un año, Santiago Caputo cultivó un estilo silencioso, escurridizo, hermético. Un operador sin firma ni cargo, pero con influencia. Un nombre que se pronunciaba en voz baja, aunque resonaba fuerte en cada decisión de Javier Milei. Esta última semana, sin embargo, rompió el molde: decidió exponerse. No solo a través de posteos en X, mediante sus cuentas anónimas, como es habitual. Esta vez, Caputo puso el cuerpo. Se dejó ver. Y lo hizo dos noches seguidas. Una sobrepresencia que, puertas adentro, alimentó las intrigas.
El lunes, en la cena anual de la Fundación Libertad, Caputo se sentó en una de las mesas principales del salón. No estaba solo: lo rodeaba su “equipo de trabajo”, conformado por el legislador Agustín Romo, la abogada Macarena Alifraco, el referente libertario de Tres de Febrero, Lucas “Sagaz” Luna y los estrategas digitales Juan Pablo Carreira y Tomás Jurado. Todos integrantes de la agrupación Las Fuerzas del Cielo, que por estas horas protagoniza una interna cada vez menos silenciosa con el armador Sebastián Pareja en territorio bonaerense y cuyas intenciones son desembarcar próximamente en las provincias de Salta y Jujuy.
Durante la velada en Parque Norte, Caputo habló largo y tendido con Cristian Ritondo, se acercó a saludar a Luciano Laspina y caminó entre las mesas con paso firme. En uno de los intervalos incluso tuvo un breve cruce con Mauricio Macri: se dieron la mano, intercambiaron un par de palabras y sonrieron con cortesía, sin dejar de marcar la distancia. Fue un saludo protocolar, pero observado con lupa por todo el salón. La imagen de la noche.
El dato no era menor. La Fundación Libertad es históricamente un enclave del PRO. Caputo se instaló como actor visible de una escena que, por tradición, era ajena al mileísmo. No fue por una postal: fue a marcar territorio.
La silla de Milei, oficialmente reservada para él, fue ocupada por su vocero, Manuel Adorni. El ahora candidato porteño habló en nombre del Presidente, defendió la gestión, apuntó contra el kirchnerismo y cerró con una frase de ADN libertario: “La libertad no se pide, se toma”. Pero su exposición se vio opacada por la irrupción silenciosa —y estratégica— de Caputo, que concentró buena parte de las miradas. Fue el primero de los dos actos consecutivos donde la figura del vocero quedó desdibujada.
Veinticuatro horas más tarde, Caputo volvió a moverse con protagonismo. Esta vez, en el Canal de la Ciudad, durante el debate de candidatos porteños del martes pasado. Llegó a las 19.26, con un traje beige que contrastaba con los tonos oscuros del protocolo. Caminó hasta la mesa de acreditaciones, tomó la credencial del reportero gráfico Antonio Becerra, que lo apuntaba con su cámara, la sostuvo unos segundos y le sacó una foto con su celular. No explicó nada. El gesto fue intimidante. La escena se viralizó y generó repudio inmediato entre colegas. El protagonista, como casi siempre, eligió el silencio.
Una vez dentro del lugar, el consultor tampoco pasó desapercibido. Cruzó a su “amigo” Ramiro Marra con una frase seca —“Maleducado no soy”—, pero tampoco pasó a mayores. Se mantuvo cerca del círculo del candidato oficialista y, una vez más, terminó robándose el foco que debía recaer en Adorni, el verdadero protagonista de la jornada.
En todos esos escenarios, Caputo fue el único vértice del “triángulo de hierro” que se hizo presente. Ni Milei ni Karina acompañaron. El asesor ocupó un vacío y lo hizo con despliegue. Pero no sin consecuencias.
La relación entre Caputo y Karina Milei atraviesa una tregua funcional. Luego de meses de rumores de cortocircuitos, las señales públicas muestran un entendimiento renovado, aunque el equilibrio es fragil. Y esta semana volvió a tambalear. Sobre todo porque la hiperactividad del asesor eclipsó a Adorni, el candidato elegido por la secretaria general de la Presidencia. Por más que se buscó minimizar la polémica (“La intención de Santiago era efectivamente ver cómo había salido en la foto”, desdramatizó, irónico, el vocero en conferencia de prensa), en el oficialismo hay preocupación: la sensación es que Adorni no logra todavía ser identificado por los votantes como la cara de Milei en la Ciudad. La recorrida conjunta del miércoles pasado por el barrio de Villa Lugano, bajo al consiga “Adorni es Milei”, hizo público ese nerviosismo.
Caputo tiene injerencia en áreas clave del Gobierno: la SIDE, ARCA (ex-AFIP), la UIF. Maneja resortes del poder sin tener que rendir cuentas. No figura en planillas oficiales ni tiene obligación de presentar declaraciones juradas. Eso, sin embargo, no lo exime de cargar con derrotas recientes que todavía resuenan. La más notoria ocurrió a comienzos de abril, cuando el Senado rechazó los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema, una jugada que llevaba su sello. Fue su momento más delicado en lo que va del Gobierno. Aunque el golpe fue fuerte, no llegó a generar rumores de salida como sí ocurrió en agosto del año pasado, cuando el Congreso tumbó el DNU que ampliaba los fondos reservados para la SIDE.
Pero los ecos de esta semana corta e intensa no terminaron en redes ni en off de records. Volvieron a la Justicia. Facundo Manes, que ya había denunciado penalmente a Caputo por el escándalo del 1° de marzo en el Congreso, cuando el asesor lo increpó luego del discurso de apertura de sesiones ordinarias de Milei, presentó ahora una ampliación ante los tribunales de Comodoro Py. Según el diputado radical, el gesto intimidante contra el fotógrafo Antonio Becerra de Tiempo confirma “un patrón recurrente en la utilización de la amenaza coactiva” contra opositores y periodistas. La causa original había sido archivada, pero la apelación está en manos de la Cámara Federal.
Alrededor del poderoso asesor presidencial hay más interrogantes que certezas. ¿Acaso sus gestos son minuciosamente preparados de antemano? ¿Un ensayo de poder? ¿Una forma de “probar” a Karina? ¿O simplemente reacciones poco pensadas, empujadas por el impulso? En Balcarce 50, algunos interpretan que la inédita exposición de Caputo responde a un momento de transición interna, en medio de temas que no dejan de incomodar al oficialismo, como el caso $LIBRA. El problema no sería la iniciativa, sino el método.
La pregunta que sobrevuela ahora en los pasillos oficiales es una sola: si esa visibilidad fue una excepción o el comienzo de una nueva etapa. Porque si algo quedó claro esta semana es que el “Monje Negro” decidió salir de entre las bambalinas. Y cuando quien opera en las sombras intenta ocupar el centro del escenario, ya nada se mueve sin ruido.
PL/DTC
Se trata de Generación Mediterránea SA (antes Albanesi), la de deuda incluye us$ 353,9 millones en bonos internacionales al 11% con vencimiento en 2031. Alrededor del 65% de los tenedores de los bonos 2031 son inversores internacionales y el 35% son locales.
La argentina Generación Mediterránea SA busca reestructurar su deuda y la propuesta de reestructuración se encuentra en desarrollo, pero el enfoque se centrará en reducir la carga de toda su deuda, añadió señaló una fuente del sector a la agencia REDD. La decisión se fundamenta en la inédita medida tomada en marzo de 2024, por el gobierno de Javier Milei, de no pagar por la energía generada en diciembre de 2023 y enero de 2024 de acuerdo a los contratos y ofrecer a cambio un bono soberano, que implicaba un descuento del 50%. Esto le habría generado a la empresa un desbalance del cual nunca pudo recuperarse y la deja al borde del default.
Entre el 35% de los acreedores locales de su deuda está el ANSES, que durante el gobierno de Alberto Fernández, en tándem con Sergio Massa, le brindó numerosos préstamos a la generadora.
F&G Finanzas & Gestión es el asesor financiero de la reestructuración. El 30 de abril, GEMSA anunció públicamente que no pagaría el cupón de sus bonos con vencimiento en 2031 el 5 de mayo, según se informó. GEMSA utilizará el período de gracia de 30 días establecido en el contrato de emisión y, posteriormente, probablemente firmará un acuerdo de suspensión de pagos de 90 días. La firma está buscando un socio estratégico.
GEMSA ya está en conversaciones con los tenedores internacionales, a quienes la firma conoce bien, ya que ha trabajado con ellos durante años. La generadora eléctrica no está pagando los cupones de los bonos locales y también se acogerá al período de gracia de 10 días hábiles.
GEMSA ha dependido en gran medida del financiamiento a corto plazo para realizar los pagos de una deuda cuantiosa y diversificada, afirmó Martín Arancet, analista de renta variable y crédito de Balanz Capital.
En enero, la compañía obtuvo un préstamo sindicado de US$ 59 millones con Banco Hipotecario, Banco de Galicia, Banco Supervielle, Banco Santander Argentina, Banco de la Provincia de Córdoba, Banco de la Ciudad de Buenos Aires, Banco de Servicios y Transacciones y Banco de la Provincia de Buenos Aires.
Ese préstamo era ampliable a USD 80 millones, pero los bancos no extendieron la línea de crédito más allá de US$ 59 millones, lo cual fue una de las razones por las que ahora no se pagan los cupones.
Ante la necesidad de pagar los vencimientos de deuda, GEMSA aceptó la propuesta. GEMSA nunca se recuperó de la decisión del gobierno de recortar sus USD 78 millones en deudas por pagar en más del 50%, según la fuente. La compañía se vio obligada a endeudarse a un alto costo para mitigar la reducción de los pagos, añadió la fuente.
El ratio de deuda neta/EBITDA de GEMSA era de 8,3x al 31 de diciembre de 2024, según se informó. Considerando que durante el año entraron en funcionamiento los nuevos activos Ezeiza, Modesto Maranzana y Arroyo Seco, el apalancamiento anualizado fue de 6,9x, informó la firma.
MU
Una institución que se define progresista, con casi tres siglos de historia, busca influir en una discusión marcada por las posiciones extremas. La estrategia de "soft power", el avance de la rama femenina dentro de la logia, y sus diferencias y coincidencias con el poder de turno.
Con casi tres siglos de historia desde su consolidación moderna en 1717, la masonería supo sostener una presencia discreta y constante en distintos momentos clave de la historia argentina. En las filas de esta institución –que se define como “filosófica, filantrópica y progresista”– convivieron figuras como Sarmiento, Belgrano, San Martín y también referentes de la vida política, judicial y académica actual. Su lema de trabajo por la libertad, la igualdad y la fraternidad es su carta de presentación, incluso en tiempos donde esos principios parecen, una vez más, estar en disputa.
Tal como reconstruye el periodista Mariano Hamilton en su libro “Masones Argentinos”, la institución supo tener un rol claramente progresista y disruptivo en el siglo XIX, especialmente en su enfrentamiento con el poder de la Iglesia Católica. Desde esa tensión nacieron debates clave que moldearon buena parte del Estado moderno: la defensa de la educación pública y laica, el derecho al divorcio, la legalización de la cremación, entre tantos otros. Fue en respuesta a esta embestida que el poder eclesiástico no dudó en posicionar a la masonería como enemigos de Dios y la tiñó de supersticiones de oscurantismo que, aún hoy, persisten en el imaginario colectivo.
Sin embargo, la masonería actual insiste en derribar ese mito: “Una vez un youtuber me preguntó: ‘¿Por qué laburan de noche? Pasás caminando de día y no hay nadie’. A lo que respondí: Porque de día estamos todos trabajando”, contó con gracia Pablo Lázaro, Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, en diálogo con elDiarioAR.
Lejos de perseguir un halo de secretismo, la Sede Central está ubicada en Perón 1242, Capital Federal, y la logia es fácilmente contactable por redes sociales, número de teléfono o su página web oficial.
A pesar de que la masonería fue un espacio tradicionalmente exclusivo para hombres, las mujeres masonas luchan por su inclusión. Muchos no saben de la existencia de una logia femenina. Según detalló a este medio María Elena Castillo, Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Argentina, “hay más de 4.000 mujeres iniciadas en el marco de la Gran Logia Femenina, pero hay muchas más en el espectro de la participación en otros espacios institucionales, como son las grandes logias mixtas”.
Si bien la masonería pregona los valores de la pluralidad de voces e ideas, la inclusión y reconocimiento de las mujeres masonas es aún hoy un debate abierto en el mundo.
Cuánto influye la masonería en la formación de políticas públicas o decisiones del Gobierno de turno, actualmente libertario, es difícil de medir. Sin embargo, Castillo describió su vínculo con el Estado: “Para ser franca, nos reconocen menos que a la masonería masculina. No nos registran tanto, no nos consultan. Nuestra vocación es poder ser una organización de la sociedad civil con injerencia y participación en la búsqueda de políticas públicas y de acuerdos que trascienden los gobiernos”.
La masonería siempre se planteó como un espacio progresista que hoy le toca atravesar el Gobierno de La Libertad Avanza y sus políticas liberales en lo económico y restrictivas en lo que a derechos sociales respecta: ¿Cómo convive la masonería con las nuevas reglas de juego político? ¿Qué temas de agenda manejan las logias argentinas? Y, sobre todo, ¿cuánto influyen en la actualidad?
El arribo de La Libertad Avanza al poder reconfiguró el tablero político y, con él, los desafíos de una institución que durante siglos se autodefinió como promotora de consensos. Al respecto de este tema, Pablo Lázaro instó a desmitificar que la influencia de la masonería es “poner jueces y políticos a dedo”.
“No tenemos diálogo directo con este Gobierno, pero hay masones en todos los partidos, incluso en el oficialismo. Nuestro rol no es partidario, sino fomentar el debate plural”, explicó Lázaro. Sin embargo, admitió que temas como la educación pública, el cambio climático y los derechos humanos hoy chocan con la agenda de Milei.
“Estamos súper preocupados por este contexto, no solo por Argentina sino por el mundo. Porque esto es una antinomia permanente que no solo ocurre acá”, indicó el Gran Maestre, haciendo referencia a un “mundo polarizado” que se guía por el “hartazgo” y vota sólo “en contra de”. “Hoy hay muchos espacios, como el de Donald Trump, que no ganaron ellos, sino que perdieron los demás”, adujo.
La influencia masona en el espectro público es parte de lo que Lázaro define como “soft power”: es decir, no tener una influencia directa, sino indirecta: “Hay masones en los tres poderes del Estado y masones apartidarios, que tienen su empresa o su trabajo, como choferes o panaderos. Y los masones siempre apoyan a otros masones, más allá de su espacio político, porque saben que son personas honestas, por lo que indirectamente siempre hay una influencia”.
Esta premisa explica uno de los grandes misterios de la historia argentina: cómo Alfredo Palacios logró convertirse en el primer diputado socialista de América, en 1904, en una época dominada por el conservadurismo: el secreto estuvo en la masonería. Muchos de los legisladores conservadores que lo votaron eran, en realidad, hermanos masones. Al reconocer en Palacios a un miembro de la orden —que anteponía los lazos fraternales a las diferencias ideológicas—, decidieron apoyarlo. Este episodio revela cómo, más allá de las disputas partidarias, las redes masónicas operaban como un factor invisible pero decisivo en la construcción de poder.
Pero mientras las logias masculinas continúan ocupando el centro de la escena institucional, las mujeres masonas enfrentan un doble desafío: disputar reconocimiento dentro del mundo masónico y también hacia afuera, en su relación con el Estado y la sociedad civil. “Nosotras encontramos una discordancia o una falta de cadencia entre las decisiones de un gobierno que colinda bastante poco con la libertad y el respeto a la igualdad, especialmente, vemos un desconocimiento palmario al trabajo de las mujeres y de algunos grupos sociales”, apuntó Castillo.
Aunque la masonería se define como un espacio de construcción filosófica basado en los principios de igualdad, libertad y fraternidad, hacia adentro de la institución los debates en torno al género todavía siguen abiertos. La división entre logias masculinas y femeninas es una muestra concreta: funcionan por separado, no se reconocen mutuamente como iguales y no comparten espacios rituales. Esta separación, arraigada en tradiciones centenarias, limita la posibilidad de construir una masonería verdaderamente plural en términos de representación de género.
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, presidida por Lázaro, forma parte de la llamada masonería regular, que responde a los criterios establecidos por la Gran Logia Unida de Inglaterra. Uno de esos criterios es que solo reconoce como masones regulares a varones, y no acepta ni a logias mixtas ni femeninas. Por lo tanto, aunque existen algunas instancias de diálogo y colaboración en causas comunes, no hay un reconocimiento formal ni igualdad jerárquica con las otras logias.
“Trabajamos en conjunto el 99% de los temas, compartimos sedes, estamos creando una universidad en conjunto -el Instituto Laico de Estudios Contemporáneos-, hacemos actividades filantrópicas, entre otras cosas. Pero pertenecemos a confederaciones diferentes”, explicó Lázaro al respecto. “Somos la misma organización pero con CUIT distinto”, bromeó.
Del otro lado, la Gran Logia Femenina de Argentina nuclea a más de 4.000 mujeres iniciadas y se vincula con obediencias internacionales más inclusivas que sí reconocen logias femeninas y mixtas.
La masonería como hoy la conocemos data de 1717, y en ese momento cuando se conforma la Gran Logia Unida de Inglaterra, aquellas logias que eran todas masculinas vedaron la posibilidad de ingreso a las mujeres. “Esta decisión sigue vigente en las órbitas de todas aquellas instituciones que dependen de la Gran Logia de Inglaterra. La fraternidad masónica no se pudo escindir de los patrones generales de la época”, apuntó Castillo.
La falta de reconocimiento institucional por parte de las logias históricas masculinas refleja una tensión que muchas masonas señalan como una deuda interna del movimiento. “No hay una masonería única, y eso también es parte de lo que tenemos que discutir”, agregó Castillo, dejando en claro que el camino hacia una masonería verdaderamente plural no solo implica mirar hacia afuera, sino también revisar las propias estructuras de poder al interior de la institución.
“La verdad que para los años de vida institucional que tenemos, que vamos a cumplir 23 y tenemos una década más de formación para la conformación de la Gran Logia Femenina de Argentina —estamos hablando de 33 años dedicadas y abocadas a esto—, realmente es relevante todo el trabajo que se hace”, subrayó Castillo.
El recorrido institucional incluye hitos como la creación del “Supremo Consejo Femenino Grado 33 para la República Argentina”, que integra los altos cuerpos de la masonería y profundiza sus enseñanzas, y la participación fundacional en la Federación Americana de Masonería Femenina, donde la logia argentina ha ocupado la presidencia continental y hoy mantiene la vicepresidencia primera. A su vez, también integra el Llamamiento de Estrasburgo —una instancia internacional que reúne logias masculinas, femeninas y mixtas de América, Europa y Asia—, donde actualmente ejerce la vicepresidencia segunda a través de la ex gran maestra, Mariela Rodríguez Ruiz. “Para los pocos años, es mucha la dinámica social masónica que hemos ejercido para posicionar a la masonería en todos los ámbitos, tanto nacionales como internacionales”, afirmó Castillo.
En tiempos de discursos extremos, individualismo y desinformación, la masonería busca mantener su rol como espacio de pensamiento crítico, encuentro humano y búsqueda de sentido. Incluso Lázaro menciona a las logias como un “laboratorio de ideas”, que luego toman forma de, por ejemplo, proyectos de ley. “En plena pandemia, llevamos al Congreso el proyecto de Ley de Educación Ambiental, que se aprobó por unanimidad, que en ese entonces se trabajó con el aval de 15 universidades nacionales y más de 20 consejos deliberantes”, ejemplificó.
Castillo y Lázaro coinciden en que la masonería tiene las puertas abiertas al “librepensador”. O sea, se trabaja desde el consenso. Desde que todos pensamos diferente, el proyecto se hace mucho más sólido, porque todos hacen sus aportes, conceden un poquito, y se logra cierto consenso. Después es más fácil que pase en un lugar como el Congreso.
La Gran Maestra explicó que la masonería es una suerte de “escuela iniciática, filosófica, filantrópica, progresista, que propende al respeto de la dignidad humana, que busca el perfeccionamiento intelectual, ético y moral”. Y que está destinado a “aquella persona que está dispuesta en un momento a cuestionarse todo lo que tiene por verdad, a atreverse a conocer a sí mismo, a cambiar, a ser mejor, a sacar esa mejor versión que todos llevamos dentro”, porque el trabajo masónico es colectivo: se aprende del otro, se construye en el intercambio“.
Esa lógica, que se opone a los discursos autoritarios o dogmáticos, permite que convivan distintas creencias, sensibilidades e incluso espiritualidades dentro de un mismo taller.
La polarización del debate en Argentina, exacerbado por discursos de odio, discriminación e intolerancia o por las chicanas políticas que inundan los algoritmos de cada red social encuentran un límite en la masonería, uno de los pocos espacios donde conviven con respeto “masones de La Libertad Avanza, del PRO, del radicalismo, del peronismo, del socialismo, ateos, católicos y de todo color político, religioso o social”.
“Hoy más que nunca, necesitamos espacios donde se pueda disentir con respeto, donde el pensamiento crítico no sea castigado sino promovido. Y la masonería, bien entendida, ofrece eso”, señaló Lázaro.
“El mundo está raro”, dice Pablo Lázaro. Y la masonería no vive al margen. En su rol de presidente de la Gran Logia Argentina, recibe visitas de masones y masonas de otros países que le preguntan por la situación del país. “Particularmente me preguntan mucho por Milei, que cómo es, si es así como se lo ve en la tele. Y yo les digo: ‘Mirá, no lo conozco, conozco lo mismo que vos, a través de la tele’. Sí me dicen que Argentina está carísimo, que los sueldos no subieron en consecuencia...”, contó.
Lázaro reconoce que hay algunas medidas del actual Gobierno que parecen haber estabilizado ciertos aspectos, aunque “otras se fueron al diablo”. Y agregó: “De afuera ven que hay movimiento y cierta estabilización que antes no veían. Eso es un poco el comentario general de Estados Unidos, Brasil, Chile estos últimos días”.
Pero más allá de lo económico, lo que observa con mayor claridad es una reacción social frente a lo que él llama “excesos” de uno y otro lado. “Justamente, como hoy todo se expresa en una antinomia: cuando determinadas cuestiones exacerban un extremo, generás una reacción. Este gobierno está tratando de llevar al otro extremo, cuando lo ideal sería el centro. Nuestra esperanza y nuestro trabajo es llegar a un punto medio”.
Al respecto, Lázaro compartió una anécdota personal, fuera del marco institucional pero reveladora: “Además de mi trabajo informático, doy clases; soy director de una carrera, y tengo un montón de alumnos que el año pasado hablaban en lenguaje inclusivo. A mí me parecía interesante porque daba visibilidad a algunas cosas, pero no me parecía ni bueno ni malo. Pero cuando me llegó una nota institucional diciendo que era obligatorio escribir no sé qué cosa en lenguaje inclusivo, yo mismo me calenté. Digo: ‘¿Por qué obligatorio?’”. Para él, esta sensación de imposición generó rechazo en muchos, y provocó un péndulo “hacia el otro extremo”. “Había cosas muy buenas que se usaban mal, como el INADI. Si me preguntás a mí, no hubiera cerrado el INADI; hubiera cambiado absolutamente sus objetivos. Porque las cosas hay que repararlas, no destruirlas”, expresó.
EN/FG/DTC
El jefe de Gobierno porteño adelantó que la Ciudad estudia medidas para cubrir la pérdida de la cobertura total de medicamentos. Defendió los operativos contra manteros y apuntó contra Manuel Adorni por la quita de fondos de coparticipación.
Jorge Macri anticipó que la Ciudad está evaluando medidas para asistir a los jubilados de PAMI que dejaron de recibir la cobertura completa de medicamentos. Lo hizo en declaraciones al programa Foja Cero en Radio La Red, donde planteó que la situación actual es “injusta” y adelantó que el Ejecutivo trabaja con el ministro de Salud, Fernán Quirós, para encontrar una solución. “Estamos estudiando cómo ayudamos a los jubilados que perdieron el 100% de cobertura para cubrir parte de ese agujero en el bolsillo. No es sencillo porque la base de datos de PAMI es nacional y nosotros no tenemos acceso, por lo que primero tenemos que ver cómo identificarlos”, explicó Macri. El jefe de Gobierno contrastó la situación con la atención en hospitales públicos porteños: “Una persona sin cobertura viene a un centro de salud, recibe diagnóstico y medicamentos. Pero alguien con PAMI se atiende, le damos la receta y después tiene que ir a la farmacia y pagar. Eso no puede ser”. Y agregó: “Si un jubilado tiene que elegir entre comer y tomar el medicamento, elige comer. Y si deja la medicación, se enferma. Tenemos que prevenir, no vamos a mirar para otro lado”.
Macri también destacó los operativos contra la venta ilegal en la vía pública, en particular en Chacarita, donde se llevó adelante un nuevo procedimiento para desalojar manteros. “Es la misma política que aplicamos en otros barrios: liberar el espacio público y evitar la competencia desleal y el desorden. Otra vez se hizo sin violencia y con apoyo de la Justicia”, señaló. Mencionó que estas acciones ya se implementaron en Once, Flores, la calle Avellaneda y Constitución: “Cuando liberamos una zona, no vuelven más. Dejamos consigna policial y los vecinos nos avisan si reaparecen”.
Consultado sobre la diputada Silvia Lospennato, Macri la definió como “un lujo” y respaldó su trabajo en el Congreso. “Es una persona honesta. Ahora está impulsando la ley de Ficha Limpia y hay quienes dicen que no le quieren dar tratamiento para que no se anote ese poroto. ¿Estamos a favor de la Ficha Limpia o no? Esa lógica especulativa está muy mal”, afirmó
El jefe de Gobierno volvió a apuntar contra el vocero presidencial, Manuel Adorni, por la quita de fondos de coparticipación a la Ciudad. “Nos sacaron 6.000 millones de dólares, que equivalen a tres líneas de subte. En el debate le preguntaron a Adorni y no contestó. Hay un conflicto de intereses: ¿vas a defender a quien te manda o a los porteños?”, cuestionó.
MU