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El peronismo obtuvo 46,96 puntos frente a 33,86% de La Libertad Avanza. Participó el 63% del padrón. El Gobierno profundiza su crisis y hay expectativa por el impacto económico.
Un duro golpe del gobierno de Javier Milei frente al peronismo unido en las elecciones legislativas bonaerenses. Un Gobierno que profundiza su crisis política y con la economía en vilo. Esa es la foto que dejan los resultados electorales en la provincia de Buenos Aires este domingo: con el 96% de los votos escrutados, Fuerza Patria consiguió 47,27 puntos por sobre 33,7% de La Libertad Avanza a nivel provincial. Tercero, más lejos, la opción centrista de Somos Buenos Aires, que obtuvo 5,26%, y cuarto el Frente de Izquierda, con 4,37%.
El panperonismo logró la victoria general sumando los votos en todas las secciones en las que está dividida la provincia. Fue un aluvión de votos: 3.389.095 frente a 2.444.307. El grueso de sufragio el FP lo consiguió en el conurbano, donde están la Primera Sección (el norte, donde hubo diez puntos de diferencia) y la Tercera (el sur, 25 puntos), pero ganó también en el interior provincial.
Al oficialismo no le alcanzó ni con postulantes conocidos como no. Desde el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, al ignoto policía Maximiliano Bondarenko fueron derrotados. Particularmente en la Tercera la vicegobernadora Verónica Magario superó al excomisario libertario por 53,77% a 53,77%. Y en un zoom más profundo, en La Matanza, por caso, el distrito más poblado del AMBA, la diferencia fue de 28 puntos.
El peronismo también ganó en la Segunda Sección (el norte de la provincia) por 35,42% a 29,78% de LLA, que apenas superó al espacio local Hechos de los hermanos Passaglia (24,03 por ciento). En la Cuarta Sección (zona oeste) la diferencia fue de diez puntos (40,3% a 30,3%), en la Séptima (el centro) fue 38,22% a 32,84% y en la Octava (La Plata) el peronismo ganó 43,49% a 37,08%.
La Libertad Avanza solo ganó las seccionales Quinta (la zona costera), de la mano de Guillermo Montenegro (41,56% a 37,53% del peronismo), y la Sexta (el sur), con 41,79% a 34,13%.
La victoria del peronismo es un duro traspié del Gobierno, que suma así una crisis más a la que tiene abierta desde hace semanas por el escándalo de los suspuestos pedidos de coimas para Karina Milei en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). El oficialismo conecta así una sensible derrota a poco más de un mes de las elecciones legislativas nacionales.
Mientras Axel Kicillof festejaba en el búnker de Fuerza Patria en un imponente hotel del centro de La Plata, el presidente Javier Milei intentó asumir la derrota en un frío espacio armado en Gonnet, en las afueras de la capital platense. El mandatario llegó allí pasadas las 19 en una caravana oficial acompañado por Karina. “Vamos a corregir todos los errores y hacer una profunda autocrítica”, dijo Milei en su discurso tras la derrota. “Sin embargo, el rumbo por el cual fuimos elegidos no se va a modificar, sino que se va a redoblar”, insistió.
Hay expectativa sobre cómo reaccionará este lunes el mercado, a partir de la volatilidad del dólar en los últimos días al tocar el techo de la banda. Este domingo por la noche el dólar MEP se podía conseguir en casas de cambio virtuales a $1.450,67. “Vamos a mantener el esquema cambiario”, afirmó Milei.
“Sin duda la unidad fue central para que logremos un resultado como este”, remarcó en conferencia de prensa Sebastián Galmarini, dirigente del massismo dentro de panperonismo, minutos antes de que se conozcan los primeros datos oficiales. En el entorno del gobernador nos pudieron contener el festejo y se vio a sus colaboradores a los abrazos y cánticos en el búnker.
A priori, el gobernador consigue ahora un importante avance en la Legislatura: con la renovación de bancas consiguió aumentar las bancas en la Cámara de Diputados (donde pasó a tener 39 escaños) y alanzó la mayoría absoluta (24 bancas).
Tras la victoria, el peronismo tiene pendiente cómo saldar la interna abierta entre Kicillof y Cristina Kirchner. El kirchnerismo se sumó a los festejos oficiales en La Plata, pero también convocó a una concentración en San José 1111, donde permanece con prisión domiciliaria la expresidenta.
MC
Euforia del gobernador y el MDF por la victoria en PBA, un disparo de largada para su aventura presidencial. El mensaje de CFK y la presencia de La Cámpora en el búnker.
“Borombombom borombombom para Axel, la conducción”. El cántico empezó a elevarse en el búnker de Fuerza Patria a las 21, cuando la dirigencia kicillofista arremolinada en el Hotel Gran Brizo se enteró de la noticia: el peronismo no había ganado, había arrasado. Le había sacado 13 puntos a La Libertad Avanza, había ganado en 99 municipios y se había garantizado el control de la Legislatura. Y la victoria, afirmaban exultantes, llorosos, frenéticos, era toda del gobernador.
Axel Kicillof subió al escenario eufórico. Sin dejar de reír y sonreír, se dedicó a abrazar uno por uno a todos los dirigentes que estaban en la primera fila. Incluso se estrechó con Mayra Mendoza y Facundo Tignanelli, que decidieron dar el presente en el búnker de unidad en La Plata mientras el resto de la tropa camporista buscó hacer campamento en la esquina del departamento de Cristina Fernández de Kirchner, entre ellos Máximo Kirchner. La expresidenta, incluso, mandó un mensaje de audio que, como la versión sci fi de los mensajes de Perón en el exilio, celebraba el resultado de la elección.
Kicillof, que venía de una lluvia de reivindicación partidaria, con sus dirigentes del Movimiento Derecho al Futuro cantando y brindando en un climax de euforia colectiva, respondió el gesto de CFK a su manera: esquivó cuando la militancia empezó a cantar el bis de “para Axel la conducción” y reivindicó, al comienzo, la figura de la ex presidenta.
“Gracias a los que permitieron forjar una sola boleta que es la de Fuerza Patria que hoy terminó con una victoria aplastante en toda la Provincia. Gracias Sergio, gracias Cristina injustamente condenada que tendría que estar en este escenario”, resaltó. A unos metros, un sonriente Sergio Massa aplaudía con el resto de la dirigencia peronista en el escenario. Junto a Cecilia Moreau y Sebastián Galmarini, el massismo había dado el presente desde temprano a la tarde y había cantado y bailado la marcha peronista junto al resto del MDF.
Las caras cambiaron, sin embargo, cuando la militancia concentrada delante del escenario empezó a cantar “Axel presidente”. El propio gobernador cambió la cara y trató de bajar los ánimos. Hasta Andrés “Cuervo” Larroque, el principal impulsor de la candidatura presidencial de Kicillof junto a “Carli” Bianco, les pidió a sus militantes que cantaran otra cosa.
“Venimos a demostrar que hay otro camino posible y construir una alternativa. Este es un triunfo de los bonaerenses para todo el país. Este es un triunfo del peronismo para todos los argentinos y argentinas”, anunció Kicillof desde el escenario, en un gesto que repetiría a lo largo de todo el discurso: el triunfo del peronismo en la Provincia era una señal de que se podía parar a Javier Milei y eso había sido posible gracias a la unidad, pero era necesario aunar fuerzas con otros sectores de cara al futuro.
Kicillof se encargó de enviarle un mensaje a todos: intendentes, gobernadores, el mercado, partidos políticos de la oposición. “Lo peor que podemos hacer es tomar este triunfo con soberbia. Venimos de una enorme decepción a nivel nacional de nuestro propio gobierno. Ganamos pero ganamos sumando fuerzas y vamos a seguir sumando fuerzas en el peronismo y afuera del peronismo”, señaló, con el ojo puesto en 2027.
Mientras hablaba, al fondo del corralón que se había armado para la militancia se veía un cartel. Decía “Axel o Milei, la patria no se vende”. Lo había colgado Larroque.
“Los votos le dieron al presidente un mensaje. Después de lo que pasó acá, van a tener que rectificar el rumbo”, advirtió, y agregó: “Las urnas, con 13 puntos de diferencia, le explicaron que no se puede abandonar a las personas con discapacidad. Las urnas Milei gritaron que no se puede desfinanciar la Educación, Salud, la Ciencia o la Cultura. Las urnas dijeron que no se puede gobernar más con odio o maltrato”, enumeró.
Y finalizó con un mensaje que llegaba hasta los gobernadores: “Y las urnas le dijeron que tiene que dejar de insultar a la democracia, el federalismo y la Constitución. A respetar la Constitución”, señaló, ya casi presidencial.
“El 8 comienza el proyecto de Axel”, sintetizó, exultante, un dirigente del MDF. No era el único, si había algo en lo que coincidía todo el kicillofismo era que el triunfo arrasador por 13 puntos en la Provincia era la señal de largada del proyecto presidencial del gobernador. Así lo admitían, incluso, en La Cámpora, en donde se vieron muchos rictus de tensión e incomodidad contenida: estaban en una fiesta ajena, y así lo demostraban.
La batalla, a partir de este domingo, será por la interpretación de la victoria. El MDF lo celebra como una victoria personal de Kicillof, quien esperan que pase a tener una centralidad gravitante en la oposición. No solo en el peronismo, sino en todo el cosmos anti Milei.
El cristinismo, en cambio, buscará destacarlo como una victoria de la unidad del peronismo. Una unidad que, señalan, no podría haber sido posible sin CFK. “Ganamos todos. Ganamos por la unidad, que Cristina garantizó porque estos pibes querían romper. El triunfo es de todos, pero nos equivocamos si creemos que el 2025 garantiza el 2027”, advirtió un peso pesado del cristinismo bonaerense, que sonreía, a su pesar.
En el MDF, mientras tanto, continuaban cantando. Hasta tarde a la madrugada.
MC/MC
El oficialismo bonaerense puso en juego 29 bancas en esta elección y consiguió más escaños de los que tenía. En el Senado arriesgó 10 y terminó consiguiendo 13. En Diputados, pasará de 37 a 39 escaños.
El triunfo que el peronismo logró en las elecciones bonaerenses de este domingo le dará al gobernador Axel Kicillof un resplado en la Legislatura provincial. Los más de 13 puntos que le sacó a La Libertad Avanza, le aseguran quorum propio en el Senado y suma dos bancas en Diputádos.
Con estos resultados Fuerza Patria consiguió 21 bancas de las 19 que puso en juego en la Cámara de Diputados, con lo cual tendrá un bloque de 39 escaños. Todavía estará lejos de los 47 necesarios para llegar al quorum.
El peronismo consiguió 10 de los ocho bancas que ponía en juego en la Tercera Sección, 4 de las 4 que arriesgaba en la Segunda Sección Electoral y en la Sexta, y 3 en la Octava.
En tanto, la alianza entre la Libertad Avanza (LLA) y el PRO consiguieron sumar 18 de las 13 que ponían en juego, con lo cual tendrá un bloque de 31 bancas ya que, entre los dos bloques tienen 25.
LLA y el PRO consiguieron sumar dos bancas en la Tercera Sección electoral de las cuatro que ponía en juego, ya que obtuvo 6 bancas, renovó cuatro en la Segunda Electoral y tres en la Octava Sección, mientras que consiguió 5 en la Sexta Sección y logró en esa región una más de las 4 que arriesgaba.
La izquierda renovó las dos bancas que ponía en juego en la Tercera y Hechos, la nueva fuerza que es un desprendimiento del PRO y está liderada por los hermanos Passaglia, consiguió tres bancas,
Los dos bloques de la UCR tienen 15 miembros, de los cuales ponían 10 en juego y con lo cual tendrán mandato cuatro de UCR-Cambio Federal, y tres de Somos, ya que uno tenía mandato hasta el 2027 y hoy se sumaron dos más; y a ese lote se suman dos de la Coalición Cívica.
De esta manera, los bloques de centro tendrán nueve legisladores entre la UCR, CC y Somos.
Los bloques de los libertarios Unión y Libertad tienen 5 con mandato hasta el 2027 y Unión Renovación y Fe con tres bancas, y uno para Derecha Popular.
En el Senado, Fuerza Patria logró garantizarse el quorum propio ya que consiguió 13 de las 10 bancas y, como tenía 11 bancas con mandato hasta el 2027, tendrá un bloque de 24 sobre 46 que conforman ese cuerpo legislativo.
El peronismo consiguió 5 de los 4 que ponía en juego en la Primera Sección Electoral, renovó los 3 de la Cuarta Sección Electoral y dos de la 5 Sección Electoral que arriesgaba, y logró sumar además dos bancas en la Séptima Sección electoral.
En la Sétima Sección electoral se elegían 3 bancas y Fuerza Patria arriesgaba una y se quedaba con las tres senadurías, debido a cómo se calcula la distribución de acuerdo al sistema Cociente Hare.
La coalición entre LLA y el PRO consiguió 8 de las cinco bancas que ponían en juego y tendrá un bloque de 16 miembros ya que los libertarios tenían tres escaños con mandato hasta el 2027 y cinco el PRO.
La coalición de derecha logró renovar las 3 bancas que ponían en juego en la Primera Sección electoral; dos en la Quinta Sección, donde arriesgaban una, y tres en la Cuarta Sección, donde tenían en juego otra.
El gran perdedor de esta elección es el radicalismo, que ponía en juego entre sus dos bloques siete de sus ocho bancas y solo consiguió, a través de Somos, dos lugares en la Cuarta Sección electoral, con lo cual tendrá tres senadurías.
La Cámara de Senadores la completan también tres senadores de Unión y Libertad.
Con un padrón de 14.376.492 personas, la Provincia está dividida en ocho secciones electorales: se eligieron senadores en la Primera (abarca parte del Conurbano), Cuarta, Quinta y Séptima, mientras que se votó para diputados en la Tercera (el resto del Conurbano),Segunda, Sexta y Octava (corresponde sólo a La Plata). Además, a nivel municipal se definieron 1.097 concejales y 401 consejeros escolares.
MP
El peronismo ganó por 13 puntos y le dio aire a Axel Kicillof. En Gonnet, Javier Milei evitó hablar de fracaso pero admitió que la derrota complica la narrativa oficial de cara a las elecciones nacionales. El Presidente pidió hacer "una profunda autocrítica".
Milei ratificó el ajuste pese a la derrota electoral: “El rumbo no se va a modificar, se va a redoblar”
Javier Milei eligió ponerse al frente de la fuerte derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires. Rodeado de todos sus ministros en el escenario del Salón Vonharv, en Gonnet, el Presidente habló y reconoció sin eufemismos el revés electoral en territorio bonaerense. “Hay que asumirlo con responsabilidad”, declaró ante un auditorio sin militancia, pero con la plana mayor de sus funcionarios detrás suyo.
“Hoy hemos tenido una clara derrota. Y si alguien quiere empezar a reconstruir y salir adelante, lo primero que debe hacer es aceptar los resultados”, añadió Milei. Y aseguró que “esto va a dar lugar a un profundo análisis de los resultados y una profunda autocrítica, no hay opción. Vamos a corregir todo los errores, todo en lo que nos hayamos equivocado”, remató el mandatario, que había subido al escenario a la par de su hermana Karina y de Santiago Caputo, el estratega en las sombras del oficialismo. Fue la primera vez que el asesor todoterreno se mostró como protagonista de un acto libertario, aunque no pudo disimular su incomodidad.
Minutos antes, un colaborador estrecho del mandatario había buscado despegar el tropiezo bonaerense de lo que sucede en la Casa Rosada. “Esto nada tiene que ver con el gobierno nacional”, aseguró a elDiarioAR, intentando reducir el alcance del golpe. “Fueron ocho elecciones distintas y cada una tendrá su análisis particular”, explicó. El Presidente, sin embargo, no tuvo problema en nacionalizar la derrota de este domingo al tener a todo su gabinete escoltándolo, con caras largas.
Milei atribuyó el triunfo opositor a la maquinaria peronista y reivindicó el resultado como un punto de partida: “Ellos han puesto en esta elección todo el aparato peronista que manejan hace más de 40 años de manera muy eficiente. Tal como veníamos señalando, iba a representar el piso para nosotros y el techo para ellos”, dijo, al tiempo que subrayó que el 33,48% obtenido será la base desde la cual La Libertad Avanza empezará a trabajar para el 26 de octubre.
El murmullo en el Salón Vonharv se había transformado en silencio cuando se conoció el primer resultado oficial: Fuerza Patria se impuso por 13 puntos sobre La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, el distrito donde se concentra más del 37% del padrón nacional. La diferencia que arrojaban las noticias rompía el libreto con el que en el oficialismo habían intentado preparar la noche. “Hasta cinco puntos abajo está bien”, había repetido un alto funcionario días atrás. La realidad fue otra.
El búnker libertario en Gonnet, el mismo escenario que en junio había oficiado de Congreso partidario, se llenó de caras tensas y gestos contenidos. Cerca de las 22, al momento de comenzado el acto, hubo un intento de arenga militante, pero el tono ya no era el de una fiesta electoral, sino el de una derrota difícil de relativizar.
Sebastián Pareja, anfitrión del operativo bonaerense, fue el primero en reconocer el golpe y dar la cara. “Quiero reconocer públicamente la derrota electoral que hemos tenido en la jornada de hoy”, admitió arriba del escenario, en soledad, minutos antes del discurso de Milei. Aunque buscó matices: “Una contienda electoral que termina siendo muy sana para la democracia”, agregó, y prometió autocrítica: “Por supuesto que tenemos autocrítica, que la vamos a llevar a cabo. Esa crítica que nos tenemos que dar tiene que ver con ocho procesos electorales distintos. Estamos dispuestos a hacer ese trabajo”.
El contraste del discurso del armador provincial con el que luego daría Milei quedó expuesto. Mientras Pareja intentó limitar el alcance del traspié circunscribiéndolo a la provincia de Buenos Aires, el Presidente lo asumió en primera persona y lo proyectó a la campaña nacional.
El clima previo había sido elocuente. Afuera, un colectivo descapotable pintado de violeta con la leyenda “Kirchnerismo nunca más” buscaba transmitir épica. Adentro, en cambio, predominaba un ambiente apagado: sin militancia, con asesores dispersos y dirigentes que entraban en cuentagotas, más desencantados que eufóricos por los boca de urna que ya circulaban. Pareja fue el primero en mostrarse ante las cámaras: dijo estar “muy contento” y proyectó que “La Libertad Avanza se prepara para gobernar la provincia en 2027”. Entre sus colaboradores, en voz baja, se repetía otra frase: “Perdemos por tres puntos”, decían con resignación, todavía sin admitir la magnitud del golpe.
Minutos después llegaron Santiago Oria y el influencer Iñaki Gutiérrez, que se detuvieron en el corralito de prensa montado en la entrada. Por una puerta lateral entró Santiago Caputo, con anteojos oscuros y gesto serio. El salón de 4000 metros cuadrados se veía demasiado grande para tan poca gente. Los candidatos Karen Reichardt y Francisco Adorni, hermano del vocero presidencial, se acomodaban en un rincón, mientras técnicos repasaban planillas y calculaban un ausentismo en torno al 40%.
Pasadas las 21, los números seccionales confirmaban lo que ya nadie podía ocultar: Fuerza Patria consolidaba su dominio en la Tercera, ampliaba la diferencia en la Primera y resistía con solidez en el interior, frente a una Libertad Avanza que apenas encontraba consuelo en la Quinta con Guillermo Montenegro. El reparto de bancas dejaba al peronismo con ventaja clara para reforzar su control legislativo, y a Milei con un traspié difícil de disimular.
En la Primera, la caída libertaria tuvo nombre y apellido: Gabriel Katopodis, que se impuso con claridad sobre Diego Valenzuela. Esa diferencia, sumada al dominio peronista en la Tercera, terminó de sepultar cualquier intento de narrar la noche como “empate técnico”, como intentó hacer Milei durante su cierre de campaña en Moreno. Con un mapa provincial adverso, la estrategia de polarización encontró sus límites.
El clima en el Vonharv fue de derrota administrada, pero derrota al fin. La música se fue apagando, los pocos presentes se retiraron en silencio. En Gonnet nadie lo dudó: Milei apareció para contener la tropa y volver a hacer lo que mejor sabe, transformar un resultado adverso en relato. Pero esta vez, la derrota por 13 puntos en la provincia de Buenos Aires es demasiado grande como para relativizarla.
PL/MG
Desde el búnker de La Libertad Avanza en Gonnet el Presidente admitió el revés frente al peronismo pero buscó dejar en pie al Gobierno. No hizo subir a los candidatos.
Javier Milei intentó salir con los pies hacia adelante tras asumir la fuerte derrota electoral frente al peronismo en la provincia de Buenos Aires. Hizo subir a todo su gabinete al escenario que La Libertad Avanza armó en el búnker de Gonnet, incluso al consultor Santiago Caputo, y desde allí ratificó la marcha del Gobierno pese al contundente golpe en las urnas.
“El rumbo por el cual hemos sido elegidos en 2023 no se va a modificar, sino que se va a redoblar”, dijo pasadas las 22, antes de que hable Axel Kicillof en el comando de Fuerza Patria en La Plata. “Vamos a seguir manteniendo nuestra posición en el mundo, vamos a continuar en el lado del bien y no se retorcede ni un milímetro en la política de Gobiero”, ratificó el Presidente.
El libertario dijo que no está “dispuesto a entregar el modelo”, aunque dejó abierta la puerta a cambios en el gabinete o la toma de decisiones en el Gobierno. “Si hemos cometido errores en lo político los vamos a internalizar, a procesar y modificar las acciones”, señaló Milei.
“Hoy hemos obtenido una clara derrota”, no pudo negar el mandatario. Y añadió: “Naturalmente, esto va a dar lugar a un profundo análisis de los datos y una profunda autocrítica donde aquellas cosas en las que nos hemos equivocado las vamos a corregir de cara al futuro”.
El Presidente hizo subir a sus funcionarios, pero hubo ausencias llamativas. A la centralidad que cobraron Santiago Caputo y su hermana Karina Milei -en medio de las sospechas por coimas-, no estuvieron el ministro de Economía, Luis Caputo, ni el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
“Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario. Un abrazo a todos”, tuiteó desde un lugar desconocido el ministro Caputo.
Milei No mostró a niguno de sus candidatos, quienes fueron duramente derrotados por más de 13 puntos en todo el territorio de la provincia.
El Presidente vio la foto de los resultados como un techo de FP y un piso para LLA. Según el mandatario, el peronismo tuvo un “desempeño” que “suele tener en elecciones de tipo ejecutivas”.
“Tuvieron que poner el aparato peronista que lo hacen de manera muy eficiente”, dijo y continuó: “Por lo tanto, este iba a representar el piso para nosotros y el techo para ellos”.
MC