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La elección bonaerense como laboratorio del poder: Milei y Kicillof se miden más allá de las urnas

La elección bonaerense como laboratorio del poder: Milei y Kicillof se miden más allá de las urnas

El resultado impactará en la Legislatura provincial, pero sobre todo en el tablero nacional. El oficialismo busca blindar su relato tras semanas de caída en la imagen presidencial.

Una elección crucial que puede acelerar la agenda ultra o empujar a Milei a una crisis

La madre de todas las batallas: Kicillof juega su capital político y el futuro de su proyecto presidencial

La Libertad Avanza llega a las elecciones bonaerenses de este domingo con un plan calculado: poner la figura de Javier Milei en el centro de la escena y asumir que, ganen o pierdan sus candidatos, podrá capitalizar políticamente el resultado. En el círculo íntimo del Presidente se repite la idea de que el desenlace será incierto, pero nunca un problema. “Habíamos arrancado 10 puntos abajo y todos los números que estamos viendo ahora nos dan 3 o 4 puntos abajo, así que mejoramos. Hasta 5 puntos abajo está bien”, deslizó un alto funcionario en diálogo con elDiarioAR. Y enseguida remató: “Los dos escenarios tienen cosas ventajosas. Si ganamos, nos da un impulso para adelante. Y si perdemos, puede generar miedo de cara a octubre y beneficiarnos”. Ese cálculo, que en público nunca se admite, refleja el clima interno del oficialismo, atravesado por la cautela y la expectativa de convertir cualquier resultado en un insumo de campaña.

La provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, será el escenario de la primera gran prueba de fuego para el mileísmo. No es un territorio sencillo: allí el peronismo conserva un aparato municipal robusto y un gobernador, Axel Kicillof, que se proyecta como candidato presidencial. Por eso, la elección de este domingo se presenta como mucho más que un recambio legislativo: será un termómetro del Gobierno nacional, un referéndum anticipado sobre la gestión y una señal de cómo se reordenará el mapa político de cara a octubre.

Javier y Karina Milei durante el cierre de campaña de La Libertad Avanza en Moreno.

El comicio tiene además un valor histórico: es la primera vez desde el retorno de la democracia que se desdoblan las legislativas bonaerenses de las nacionales. Ese calendario inédito convierte a la provincia de Buenos Aires en un laboratorio político donde se ensayan estrategias nacionales y se miden liderazgos con proyección. Milei lo sabe y por eso se involucró personalmente en la campaña provincial, a diferencia de 2023, cuando dejó que Carolina Píparo encabezara con relativa autonomía. Esta vez, su decisión fue ocupar el centro de la escena y funcionar como garante de cohesión en un espacio atravesado por internas.

Dos postales

La campaña libertaria tuvo dos postales fuertes. En agosto, en Villa Celina, Milei posó junto a su hermana Karina, el armador bonaerense Sebastián Pareja, el diputado Cristian Ritondo y los ocho candidatos seccionales junto a una bandera con la inscripción “Kirchnerismo, Nunca Más”. El mensaje fue claro: polarización sin matices, nacionalización de la disputa y alianza con el PRO bajo un esquema de reparto (75% de candidaturas para LLA, 25% para los macristas). Esa sociedad permitió sumar nombres competitivos como los de Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Guillermo Montenegro (Mar del Plata), pero también dejó heridas internas: entre los libertarios duros persiste la desconfianza hacia los socios amarillos y la sospecha de que la alianza es más táctica que estratégica.

Quién es quién en la foto de Milei para la campaña bonaerense.

La segunda postal fue el cierre de campaña en Moreno del miércoles pasado. Allí, Milei denunció “operaciones” contra su hermana, agradeció a Pareja por haberse “cargado la campaña al hombro” y prometió “pintar de violeta” la provincia. El acto estuvo rodeado de un fuerte operativo de seguridad y choques en las inmediaciones, en continuidad con los incidentes que ya se habían vivido en Junín, Lomas de Zamora y Corrientes. La elección del distrito tampoco fue azarosa: Moreno, gobernado por el kirchnerismo, se convirtió en un símbolo del enfrentamiento territorial y del discurso presidencial de que su espacio es víctima de un “asedio” de la casta.

Pareja se consolidó como el gran ganador del cierre de listas del 19 de julio. Blindado por Karina y Lule Menem, ordenó las ocho secciones, integró a referentes locales reciclados —como Ramón “el Nene” Vera en la Primera— y garantizó la logística territorial. Su poder despierta recelos en otros sectores libertarios, que lo acusan de priorizar sus propios intereses, pero en los hechos es quien controla el dispositivo bonaerense.

El asesor presidencial Santiago Caputo, relegado en julio, reapareció tras el cierre de listas para coordinar la comunicación y la estrategia digital desde la consultora Move Group. Su regreso, sin embargo, quedó relativizado por el caso Spagnuolo: los audios del extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) y los que se le atribuyen a Karina golpearon la imagen del Gobierno, obligaron a Caputo a correrse de la centralidad y abrieron un interrogante sobre el impacto del escándalo en las urnas. Una de las principales incógnitas de este domingo es justamente esa: si la crisis de los audios se traducirá en castigo electoral, algo que podría profundizar la caída de imagen registrada en las encuestas en las últimas semanas.

Diego Spagnuolo, Eduardo

Un mapa complejo

El mapa provincial refleja la complejidad de la apuesta libertaria. En la Tercera Sección, el peronismo, con la vicegobernadora Verónica Magario a la cabeza, confía en quedarse con once de las dieciocho bancas en disputa, relegando al libertario Maximiliano Bondarenko a un segundo lugar. En la Primera, la pelea entre Valenzuela y Gabriel Katopodis anticipa un resultado ajustado, con chances de un reparto equilibrado.

En la Quinta, en tanto, Montenegro apuesta a su gestión en Mar del Plata para imponerse a la camporista Fernanda Raverta y quedarse con tres de las cinco bancas. En la Sexta, los libertarios confían en un buen desempeño: podrían quedarse con hasta seis de las once bancas. En la Cuarta y la Séptima, la paridad es total, mientras que en la Octava, La Plata, Ariel Archanco compite voto a voto con el libertario Francisco Adorni, hermano del vocero presidencial.

Diego Valenzuela y Javier Milei.

La participación será la variable decisiva. Según señalan en las filas libertarias, una concurrencia por debajo del 60% favorecería al peronismo por el peso de sus aparatos municipales, mientras que una mayor movilización podría darle aire a Milei para capitalizar voto opositor disperso, sin estructura pero sensible a su magnetismo. “Si no pasa nada raro, prácticamente podríamos tener el mismo número que en la elección de la Ciudad, calculo mínimo 40% de ausentismo”, confió una fuente con llegada al Presidente.

Más allá del reparto de bancas, lo que se juega este domingo trasciende la provincia. El resultado definirá el peso legislativo en el distrito más grande del país, pero sobre todo marcará el rumbo de las dos figuras en pugna: Kicillof, que busca consolidar su proyección presidencial, y Milei, que se juega la posibilidad de transformar una elección adversa en combustible para su relato. Entre la apatía de un electorado cansado y la polarización extrema que dominará la escena, la incógnita sigue abierta: quién logrará capitalizar el veredicto de las urnas y con qué relato quedará sellada la primera gran batalla electoral del año.

PL/MG

La madre de todas las batallas: Kicillof juega su capital político y el futuro de su proyecto presidencial

La madre de todas las batallas: Kicillof juega su capital político y el futuro de su proyecto presidencial

El gobernador bonaerense celebra haber desdoblado las elecciones pero se muestra cauteloso con el resultado de hoy. Las encuestas dan un repunte de Fuerza Patria tras el escándalo de la ANDIS. La interna peronista y la disputa de cara a 2027.

La elección bonaerense como laboratorio del poder: Milei y Kicillof se miden más allá de las urnas

Sebastián Lacunza - Una elección crucial que puede acelerar la agenda ultra o empujar a Milei a una crisis

Axel Kicillof quiere ser presidente, pero no quiere ser Alberto Fernández. Esta premisa, que el gobernador repite en privado hace dos años, fue la razón por la que creó el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) y cortó el cordón umbilical con Cristina Fernández de Kirchner. Fue también el motivo por el que desdobló la elección bonaerense, una decisión que, a pocas horas de que abran las urnas de votación, Kicillof celebra como un acierto. No anticipa que ganará, pero sí que la estrategia fue la correcta y que, el día después de la elección, empezará a construir su proyecto presidencial.

En La Plata, el entusiasmo coquetea con la cautela. Desde que se desató el escándalo de las coimas de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), las encuestas que llegan a la Gobernación muestran escenarios electorales cada vez más favorables. Especialmente en la Primera Sección, que es la más populosa y funciona como termómetro político de toda la provincia: en los últimos días, las encuestas muestran que La Libertad Avanza cae y Fuerza Patria crece. Aún así, en La Plata abren el paraguas, por si acaso.

Kicillof de campaña en Almirante Brown

“Perdiendo por dos o tres puntos, festejamos”, señala una funcionaria del riñón de Kicillof, que señala que, hace un mes, venían perdiendo por 15 puntos y que cualquier resultado mejor que eso se tomará como una remontada histórica. Más o menos la misma estrategia discursiva que viene aplicando LLA en la última semana: apuntar para abajo para después celebrar cuando la distancia se achique. 

En La Plata juegan, además, con un bonus track: la regla de las elecciones intermedias. Hace 20 años que el peronismo no gana una elección legislativa de medio término y, sin embargo, eso no impidió que después ganase las elecciones presidenciales. Ya sea el triunfo Franciso De Narváez en 2009 o el de Diego Santilli en 2021, en ambos casos, el peronismo perdió la elección de medio término solo para terminar ganando, dos años después, la Provincia y la Nación. 

La dirigencia del MDF se ataja, además, porque sospecha que el cristinismo responsabilizará a Kicillof de una derrota. CFK siempre se resistió a desdoblar la elección, argumentando que la elección se nacionalizaría inevitablemente y los medios aprovecharían para hacer campaña con el tema Seguridad, pero Kicillof mantuvo su decisión: fue el segundo gran gesto de ruptura con la ex presidenta, solo comparable con cuando se negó a respaldar públicamente su candidatura a la presidencia del PJ Nacional. El origen de todos los males, para el camporismo. 

Máximo Kirchner y Mayra Mendoza, de campaña

Desde entonces, la interna kirchnerista fue escalando hasta quedar al borde de la ruptura en el cierre de listas bonaerenses. Hubo que cortar la luz en la zona donde se cargaban las actas para conseguir una prórroga y salvar la unidad. A partir de entonces, sin embargo, Kicillof y Máximo Kirchner mandaron un mensaje interno para bajar las armas. Hubo algunos deslices, como el acto de Máximo en Quilmes, pero se logró sostener la pantalla. Un matrimonio de conveniencia, como lo define un dirigente de La Cámpora, con el que fingir demencia hasta octubre. 

Eso sí: CFK y Kicillof no volvieron a dirigirse la palabra. El último contacto fue el sábado de agosto previo al cierre de listas nacionales, cuando la ex presidenta le anunció que Jorge Taiana encabezaría la lista. No volvieron a hablar en toda la campaña. Solo se cruzaron, sonoramente, en un acto en Pilar que organizó el ministro de La Cámpora, Nicolás Kreplak, junto a Kicillof: CFK envió un audio a la militancia, Kicillof lo escuchó. Eso fue todo. 

El día después: el despegue del proyecto kicillofista

Kicillof le promete a los propios que, el día después de la elección, comenzará a cimentar su proyecto presidencial. El gobernador sostiene un delicado equilibrio, atrapado entre el cristinismo que lo acusa de “traidor” y los propios que le reprochan no haber roto definitivamente con La Cámpora. “Si Axel no ratifica su liderazgo el día después de la elección se acaba el proyecto presidencial. Los intendentes que se la jugaron por él van a querer que profundice, y están enojados”, desliza un dirigente bonaerense del MDF que, como muchos en el kicillofismo le reclama al gobernador que lance su proyecto autonomista el 8 de septiembre.

Los propios lo acusan de no animarse a tomar una postura. Y Kicillof les responde que avanzará con un proceso de reorganización del espacio, que creará una mesa política y que hará cambios en el Gabinete para que puedan entrar los intendentes (que quedaron afuera del cierre de listas nacionales). Promete rearmar el MDF y consolidarlo en otras provincias. Pero no todavía, sino a fin de año: Kicillof quiere evitar una ruptura antes de las elecciones de octubre.

La suerte de su proyecto presidencial depende, sin embargo, de cómo le vaya en la elección del 7 de septiembre. Es el dirigente que más arriesga en esta elección. Y no solo porque pone en juego su gobernabilidad, ya que necesita retener la primera minoría en la Legislatura bonaerense, sino porque arriesga todo su capital político. Su capacidad para liderar un sector del peronismo y presentarse como uno de los candidatos para 2027 depende del resultado de este domingo.

Kicillof junto a Gabriel Katopodis y Verónica Magario

Así lo decidió él mismo, cuando desdobló la elección. Quería plebiscitar su gestión, pero también su capacidad de liderazgo. Se echó al hombro la campaña, recorriendo personalmente un total de 55 municipios en solo un mes. Lo acompañaba su tropa de leales, entre los que se encuentran muchos de los dirigentes que amagan con competir por la Gobernación en 2023, como Gabriel Katopodis, que encabeza la boleta de la Primera, Jorge Ferraresi o Julio Alak. El eje de la campaña fue claro: destacar el trabajo hecho por el Gobierno bonaerense frente a la desidia del Gobierno nacional. 

En el último tramo de la campaña se sumó, además, Sergio Massa, quien acompañó al gobernador en uno de los cierres de campaña -no hubo uno solo- en Tigre el miércoles. Allí, Kicillof le hizo un guiño al líder del Frente Renovador y lo destacó públicamente como “uno de los más importantes artífices de la unidad”. Massa lo escuchaba sentado, emocionado y lagrimeando. 

Axel Kicillof y Sergio Massa en la actividad de campaña en Tigre

El gesto de Kicillof no era casual: muchos dirigentes del MDF especulan con la posibilidad de cerrar un acuerdo con el tigrense de cara a 2027, con Massa como candidato a gobernador y Kicillof como candidato a presidente. 

¿Búnker de unidad?

El domingo, a la noche, la dirigencia peronista buscará dar una muestra de unidad en el búnker de Fuerza Patria, que se llevará a cabo en el Hotel Grand Brizo, en La Plata. Se espera que vayan todos: massistas, cristinistas, kirchneristas y graboisistas. Kicillof oficiará como anfitrión y se espera que sea él quien hable. 

Para mal o para bien, la centralidad será de Kicillof. Y muchos esperan que así sea a partir de ahora. 

El cristinismo, mientras tanto, aguarda con paciencia: creen que Kicillof se adelantó en sus pretensiones, que tendría que haber esperado unos años. “No quiere ser Alberto, pero va a terminar siendo Larreta”, advierte, irónico, un dirigente bonaerense del kirchnerismo.

MC/MG

Ocho claves para entender el impacto de los audios de Karina Milei y la censura previa

Ocho claves para entender el impacto de los audios de Karina Milei y la censura previa

La publicación de audios atribuidos al titular de la Agencia de Discapacidad, Diego Spagnuolo, y a la secretaria general de la Presidencia motivó intentos del Ejecutivo por censurar a periodistas y medios, y reabrió la discusión sobre la legalidad de las grabaciones privadas. Aquí los principales interrogantes.

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La difusión de audios atribuidos al director de la agencia de Discapacidad, Diego Spagnuolo, y a la secretaria general de la Presidencia y hermana presidencial, Karina Milei, activaron los intentos del Ejecutivo para censurar a periodistas y medios de comunicación y reinstalaron el debate sobre la legalidad de las grabaciones privadas.

De acuerdo al Código Procesal y la Ley de Inteligencia Nacional, las escuchas telefónicas sólo son válidas como prueba judicial si son ordenadas por un juez. Sin embargo, existe jurisprudencia que ha sentado precedentes sobre grabaciones realizadas por particulares, como el caso Skanska. 

En cuanto a la censura previa, el penalista Andrés Gil Domínguez, explica a elDiarioAR que no es constitucional ni legal en Argentina y que ningún juez puede ordenarla, como lo hizo el magistrado civil Alejandro Maraniello, ya que viola la Constitución Nacional y los tratados internacionales a los que adhiere el país. Aquí ocho preguntas y respuestas para entender el caso.

Los periodistas del stream

¿Cuáles son los audios que el Gobierno pide que no se difundan?

El Ejecutivo pretende frenar la difusión de cualquier audio, pero tiene un especial interés en evitar que se conozcan los audios atribuidos a la hermana del presidente en el canal de streaming Carnaval. Por eso, Karina Milei recurrió a los tribunales civiles y el Ministerio de Seguridad presentó una denuncia penal por presunto espionaje ilegal.

El intento de censura previa se da luego de que la difusión de audios atribuidos a Spagnuolo, quien además de ex director de la agencia de Discapacidad es abogado y amigo del Presidente. De acuerdo con diferentes pedidos de acceso a la información realizados por el Centro de Datos de Chequeado, Spagnuolo es la cuarta persona que más veces ingresó a la Quinta de Olivos: 38 visitas, entre enero de 2024 y marzo de 2025 (último dato disponible).

En los audios que se le atribuyen, Spagnuolo habla de supuestas coimas dirigidas a Karina Milei por el 3% de los montos de los contratos en la dirección de Discapacidad. Por este caso, hay también una investigación penal.

El fiscal federal Franco Picardi (izq.) tiene delegada la causa que investiga supuestos hechos de corrupción a raíz de los audios en los que habla Diego Spagnuolo.

¿Qué investiga la Justicia en torno a los audios?

La primera causa fue iniciada es una causa penal por el contenido de los audios de Spagnuolo. El abogado Gregorio Dalbón –quien suele patrocinar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner– denunció penalmente a los hermanos Milei, a Spagnuolo y a otros funcionarios y empresarios por el presunto delito de pago de coimas en la compra de medicamentos.

La causa quedó radicada en el juzgado federal de Sebastián Casanello, quien delegó la investigación en el fiscal Franco Picardi. Se dispusieron más de una decena de allanamientos y se dictó secreto de sumario.

La investigación se centra en presuntas coimas que articularía Eduardo “Lule” Menem, funcionario a cargo de Karina Milei.

Luego de los allanamientos y el avance de esta causa, se difundieron audios atribuidos a Karina Milei hablando sobre la crisis institucional y política en el Gobierno. En uno de los audios, la hermana del Presidente dice: “No podemos entrar en la pelea entre nosotros. Nosotros tenemos que estar unidos, imaginate”. En el segundo, agrega: “Entonces, acá ni siquiera. Porque en verdad acá no tienen que estar las 24 horas. Porque yo entro a las 8 de la mañana y me voy a las 11 de la noche de la Casa Rosada”.

A pesar de lo inocuo del contenidos de los audios hasta el momento, el Ejecutivo respondió activando otros dos expedientes judiciales: una causa penal a cargo del juez Julián Ercolini y el fiscal Carlos Stornelli y otra causa civil, que tramita en el juzgado de Maraniello.

Franco Bindi, uno de los apuntados por la difusión de los audios que molestan al Gobierno, presente en la sesión de la comisión de Juicio Político en Diputados, en abril de 2024. Su pareja, Marcela Pagano, no pudo asumir como presidenta por impedimento de Karina Milei.

¿Qué planteó el Gobierno en la Justicia?

En el fuero civil, Karina Milei presentó un escrito alegando que los audios que se le atribuyen fueron “recabados ilegal e ilícitamente y sin su consentimiento”. Además, hizo alusión a los audios de Spagnuolo, que “habrían sido obtenidos también de manera ilegal e ilegítima y que perjudicarían gravemente su honor, reputación, la actividad profesional que desarrolla y el buen nombre y honor de su familia y del gobierno que integra”.

“Sin reconocer su veracidad y desconociendo el modo en que los medios que los reproducen pudieran haberlos obtenido, requiere que se prohíba su circulación”, planteó la hermana del Presidente, reclamando una acción de censura previa. 

En el fuero penal, el Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, solicitó que “se adopten medidas cautelares urgentes a fin de impedir la propagación de nuevas filtraciones ilícitas, disponiendo la prohibición de difundir, propalar o divulgar nuevos registros relacionados con el caso, bajo apercibimiento de incurrir en el delito de desobediencia, y requiriendo a las personas, los organismos, los medios de comunicación y los prestadores de servicios digitales la debida colaboración para hacer efectiva tal decisión”.

La presentación penal fue realizada por el funcionario de Seguridad Fernando Oscar Soto, quien sostuvo que los audios habrían sido grabados y difundidos por una “organización criminal”, mediante el desarrollo de “actividades prohibidas y penadas por la Ley Nacional de Inteligencia”, que habrían consistido en “la captación y obtención ilegal de supuestos audios de conversaciones y/o comunicaciones privadas que corresponderían a la Secretaria General de la Presidencia” mediante prácticas de “espionaje ilegal”, para luego procederse a su “edición, manipulación, tergiversación y difusión clandestina”, a través de redes sociales y medios de prensa. 

El fiscal federal Carlos Stornelli abrió la causa penal por la difusión de los audios.

Soto dice que estos medios “habrían sido elegidos deliberadamente” con el supuesto fin de “alarmar y desinformar a la población, desestabilizar los principales indicadores de la política económica, influenciar en el proceso electoral en las próximas elecciones legislativas”, por las elecciones de este domingo en la provincia de Buenos Aires. “Lo ocurrido formaría parte de una trama más amplia, que involucra a la oposición kirchnerista en una campaña de desinformación para derrocar al Gobierno”, sostuvo Soto en su escrito. Sin embargo, los audios salieron de la propia Casa Rosada.

El ministerio que dirige Patricia Bullrich solicitó allanar el canal de streaming Carnaval, el primero en difundir los audios, y los domicilios de los periodistas Jorge Rial y Mauro Federico, de Pablo Toviggino –principal accionista de Carnaval– y del abogado Franco Bindi, pareja de la diputada Marcela Pagano.

Soto abre camino en su presentación para que la causa se extienda a los audios atribuidos a Spagnuolo: menciona también que lo ocurrido “formaría parte de una trama más amplia y que algunos de los periodistas de los que señala se animan a chantajear a funcionarios espiados ilegalmente”, algo sobre lo que ningún funcionario se manifestó hasta el momento.

En un intento por sentar las bases para involucrarse en el objeto de investigación del juez Casanello y el fiscal Picardo en la causa por las supuestas coimas en la agencia de Discapacidad, el fiscal Stornelli, en base a esa presunción de Soto, sostiene en el dictamen que dio inicio a la causa: “Podemos afirmar que la maniobra que será objeto de estudio no debe limitarse a los audios mencionados de Karina Milei sino en la génesis de la operación que encuentra su puntapié inicial en supuestas grabaciones del mismo tenor efectuadas sobre otro entonces funcionario público”.

El juez Patricio Maraniello enfrenta seis cargos por acoso sexual y laboral. Es el magistrado civil que hizo lugar al pedido de Karina Milei de censurar previamente a los medios para evitar la difusión de los audios que le atribuyen.

¿Qué decidió el juez del caso civil?

El juez federal en los Civil y Comercial Alejandro Maraniello concedió la medida cautelar solicitada por Karina Milei y prohibió la difusión de los audios que se le atribuyen a la funcionaria

El magistrado ordenó el “cese de la difusión” a través de “cualquier medio de comunicación de forma escrita y/o audiovisual y/o a través de redes sociales desde todo sitio, plataforma y/o canal web”. Además, ordenó cursar una comunicación urgente al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) para que controle que los medios de comunicación cumplan con la orden judicial.

El objetivo, dijo Maraniello, es “resguardar bienes jurídicos de igual jerarquía constitucional (que la libertad de prensa), tales como la intimidad y el honor de las personas involucradas, así como la seguridad institucional derivada de la eventual divulgación de contenidos sensibles para el funcionamiento del Estado”. “Lo expuesto no importa convalidar la figura de la censura previa, en tanto la medida bajo análisis se circunscribe únicamente a una restricción de carácter provisorio y excepcional al ejercicio de la libertad de prensa”, sostuvo el juez.

Sin embargo, un nuevo audio atribuido a Karina Milei –que involucraría al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem– fue difundido en Uruguay por el streaming Dopamina, donde la orden judicial no tiene alcance.

Diego Spagnuolo, Eduardo

¿Qué decidió el fiscal del caso penal con respecto a la censura?

Stornelli hizo lugar a la apertura de una causa pero no a la censura. “En primer lugar, debo decir que en la investigación no podrá hurgar en las fuentes de algún periodista, merezca el concepto que merezca por parte de quien lo analice, ello por mandato constitucional y sin perjuicio de que alguno quiera voluntariamente, en ese sentido, aportar datos que considere puedan servir al descubrimiento de la verdad”.

También se negó, por el momento, a allanar a los periodistas denunciados por el ministerio de Bullrich: “Esto incluye la inviolabilidad del domicilio, salvo orden fundada de juez competente”.

El fiscal penal también se refirió a la supuesta ilegalidad de los audios: “Estamos frente a una operación de inteligencia ilegal, de factura indudablemente clandestina, elaborada en consabidos y oscuros sótanos, lo que debe ser materia incansable de investigación”.

Diego Spagnuolo, junto a Javier Milei.

¿Puede el Poder Judicial censurar a los medios y periodistas?

No, no puede hacerlo porque se lo prohíbe la Constitución Nacional y los pactos internacionales de derechos humanos a los que adhiere Argentina y que tienen rango constitucional, explicó el penalista Andrés Gil Domínguez a elDiarioAR.

El artículo 14 de la Constitución Nacional, ley máxima de Argentina, prohíbe la censura previa y diversos tratados internacionales que suscribe el país sólo restringen la libertad de expresión mediante “responsabilidad ulteriores” a la publicación. Por ejemplo, el Pacto de San José de Costa Rica, en su artículo 13, establece el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, que incluye la libertad de buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole, sin importar las fronteras, y por cualquier medio. Este derecho no puede estar sujeto a censura previa, sino solo a responsabilidades posteriores establecidas por ley y necesarias para proteger derechos o el orden público.

También hay jurisprudencia internacional, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). En el Caso Olmedo, la última tentación de Cristo versus Chile, el tribunal se pronunció en contra del país y eso obligó a Chile a reformar su Constitución y quitar la censura previa como una posibilidad en su sistema.

Tato Bores, otro humorista insoslayable de los 40 años de democracia. La juez Servini intentó censurarlo previamente en 1992. Lo logró en el corto plazo, luego la Corte falló en contra de la magstrada.

¿Hay antecedentes de censura previa?

Sí, la jueza María Servini demandó al cómico y conductor Tato Bores en 1992, a través de una acción de amparo para evitar la publicación de un tape en el que se la mencionaba en el programa de Bores. En primera instancia la Justicia rechazó la solicitud por considerar que se trataba de un acto de censura previa.

Sin embargo, al día siguiente, tras la apelación de la jueza, la Cámara en lo Civil y Comercial Federal revocó el fallo de primera instancia y otorgó la cautelar, prohibiendo provisionalmente la proyección de cualquier imagen o concepto vinculado con Servini. 

El tribunal argumentó que la prohibición de la censura previa no es absoluta y que la protección del honor de la jueza justificaba la medida. 

La Corte Suprema revocó el fallo porque la Cámara no había siquiera visto los tapes en cuestión para analizar si correspondía hacer lugar al pedido de la jueza.

El exministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se retira de los tribunales de Comodoro Py. Es el principal apuntado en la causa Skanska.

¿Pueden utilizarse los audios de Karina Milei y Spagnuolo como prueba judicial?

Las opiniones son disímiles, pero existen antecedentes que avalan el uso de grabaciones telefónicas aportadas por particulares, que se grabaron sin la intervención de un juez. 

En la causa “Skanska”, se utilizaron grabaciones del gerente comercial de la compañía sueca, Javier Azcárate, admitiendo que la empresa pagó coimas a funcionarios del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) y Nación Fideicomisos SA, una empresa del Banco Nación. 

En 2008 la Cámara Federal de Apelaciones declaró la nulidad de esa prueba. Eso desembocó en el sobreseimiento de los acusados. Sin embargo, en 2016, la Cámara de Casación Penal resolvió que las pruebas eran válidas y el juez de primera instancia, Sebastián Casanello, reabrió la causa.

ED/MG

Una elección crucial que puede acelerar la agenda ultra o empujar a Milei a una crisis

Una elección crucial que puede acelerar la agenda ultra o empujar a Milei a una crisis

Final de campaña a toda orquesta de los Hermanos. Movimientos previsibles de dos apellidos que no suelen asumir derrotas y un test para la candidatura presidencial de Kicillof. Razones para presumir que la furia que motorizó el voto en 2023 no se apagó

En un país con propensión al drama político, tanto real como escénico, las citas electorales de medio término suelen ser presentadas como desafíos agónicos para los Gobiernos de turno. “Es la elección más importante desde el retorno de la democracia”, reza el lugar común.

Por varios motivos, la votación de hoy en la provincia de Buenos Aires no escapa a ese título grandilocuente. La “fiesta cívica” bonaerense porta credenciales suficientes para medir el alcance del más radicalizado y exótico de los proyectos de ultraderecha que irrumpieron en democracias del mundo. ¿Cambiaron tanto la subjetividad y la lógica del electorado argentino, hasta tornarse irreconocibles? ¿Cuál es la magnitud de la crisis del peronismo? ¿El odio como herramienta política mantiene su efectividad?

Aunque la paridad y los vuelcos abismales que mostraron sondeos recientes y la probable alta abstención invitan a no precipitar pronósticos, se pueden prever escenarios posibles.

La elección bonaerense puede desbaratar el tablero político por completo en dos de las hipótesis en juego: un triunfo de La Libertad Avanza (LLA), aunque sea por un margen menor, o una victoria clara de Fuerza Patria por, por ejemplo, cinco puntos porcentuales. Cara o ceca. En el primer caso —celebración de LLA aunque sea con lo justo—, la llegada de Milei a Casa Rosada hace veinte meses habrá sido sólo el comienzo de una derechización radical cuyos límites no se vislumbran. La elección nacional de octubre será una radiografía de esa mayoría. En el segundo, un eventual triunfo del peronismo mostrará su altísima resiliencia y alumbrará un candidato presidencial competitivo: Axel Kicillof.

Ambos escenarios tienen su contracara: o bien un declive irremediable del kirchnerismo en todas sus formas, arrinconado, en el mejor de los casos, a algunos municipios del conurbano, o el Gobierno nacional entrará en zona de inestabilidad política y económica para la que no cuenta con experiencia política, ni densidad intelectual, ni estabilidad emocional.

Con diferentes artilugios y el favor de unos cuantos medios dispuestos a propalar sus lógicas, para Milei y los Kirchner, las victorias son propias y los fracasos son ajenos.

Existe una foto intermedia. Una victoria moderada de Fuerza Patria será una mala noticia para el violento habitante de la Casa Rosada que hasta hace apenas semanas prometía “clavar el último clavo en el cajón” y “hacer mierda al kirchnerismo”, pero dejará abierta una incógnita sobre las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre. Si la ventaja del armado peronista es de unos pocos puntos porcentuales, los comicios bonaerenses de este domingo podrían funcionar como lo hicieron las primarias en años anteriores, que dispararon reacomodamientos tácticos del electorado de cara a la elección general.

Las urnas consagrarán probablemente un ganador, pero no será tan automático nombrar al perdedor. Dos de los apellidos en juego, Kirchner y Milei, no se caracterizan por asumir las derrotas. Con diferentes artilugios y el favor de medios dispuestos a propalar sus lógicas, para el actual mandatario y su predecesora, las victorias son propias y los fracasos son ajenos.

Así, resulta previsible que el eje Instituto La Cámpora-Instituto Patria se apresure a señalar esta misma noche a Kicillof como responsable de un eventual mal resultado, porque, como afirma la primera cristinista y antikicillofista Mayra Mendoza, “no hay que caretear”. En caso contrario, nadie debería descartar que los Milei incendien el escenario con alguna denuncia temeraria —de fraude o golpe institucional—, o la simple negación de los hechos, algo propio de una psiquis tan llamativa. Acaso las pantallas de Clarín, La Nación y América se entretengan esta noche con cualquier dato —cantidad de secciones ganadas por cada uno, ausentismo, reparto de bancas en la Legislatura, mesas impugnadas— antes que informar el recuento de votos.

Test para Kicillof

Los antecedentes en lo que va del siglo —el peronismo no gana una elección bonaerense de medio término desde 2005— aportan una interpretación inequívoca sobre lo que sería un triunfo de Fuerza Patria.

Fue Kicillof el mentor de la fecha desdoblada de la votación bonaerense y de las dos cabezas de lista en las secciones electorales que agrupan 10,2 millones de los 14,3 millones de ciudadanos habilitados: Verónica Magario en la tercera —oeste y sur del Gran Buenos Aires— y Gabriel Katopodis en la primera —norte y oeste—. Fecha y candidaturas fueron motivo de una pulseada traumática entre Kicillof y los Kirchner, por lo que una victoria de Fuerza Patria será un triunfo del primero antes que de ningún otro.

La oposición al desdoblamiento de parte de la expresidenta y su hijo, bajo la premisa de que Milei nacionalizaría la contienda y no habría gran cosa por defender de la gobernación de Kicillof, fue sostenida hasta ya iniciada la campaña. Se impone la presunción, corroborada en las participaciones hostiles de Máximo y sus allegados, de que una victoria holgada de Fuerza Patria no sería la mejor noticia para el eje que comandan los Kirchner.

Un resultado adverso sin atenuantes no sólo marcará un final prematuro de la aspiración presidencial del mandatario bonaerense, sino que comprometería la gobernabilidad de la principal provincia. Con la previsible aceleración del boicot y el desfinanciamiento orquestado por la Casa Rosada, más las ganas de los Kirchner de escarmentar la disidencia y la pulsión de Mayra Mendoza a cantar “verdades” porque no es “careta”, nada debería descartarse en una provincia que afronta necesidades presupuestarias y financieras acuciantes. Hace tiempo que en el gabinete bonaerense hay voces que evalúan que ese juego de pinzas está aguardando su oportunidad.

Axel Kicillof habla en la exposición Hecho en Merlo el 4 de septiembre de 2025. A su derecha, el intendente Gustavo Menéndez y el ministro y candidato Gabriel Katopodis

El Gobierno del Soez llega a esta instancia con un final a toda orquesta. Sobre el cúmulo de políticas fallidas, el 3% de Karina, los celulares escondidos y la saña contra discapacitados y jubilados, prevalece el dato elocuente de que la economía se estancó desde marzo, tras una recuperación centrada en exportaciones de soja y petróleo luego del abismo al que empujaron la gestión de los Fernández y Massa, y el doble peligro Milei, primero como candidato y luego como Presidente.

El rebote del último cuatrimestre de 2024 se agotó rápidamente y los salarios y las pensiones volvieron a perder poder adquisitivo. El gabinete de Luis Caputo intenta suplir su reconocido desprestigio con insultos y provocaciones al estilo Milei. La copia del equipo económico carece del mérito de la espontaneidad y no sirve para contrarrestar las críticas a la insolvencia del programa que señalan en forma cada vez más explícita economistas ortodoxos que se sienten más cercanos al Gobierno que a la oposición, y hoy, si votan, lo harán mayormente por LLA.

Interna detonada

La presunta ruta de la corrupción sistemática descripta por el examigo íntimo Diego Spagnuolo terminó de detonar una interna que vuelve insostenible la convivencia del Triángulo de Hierro Javier-Karina-Santiago, cualquiera sea el resultado hoy y en octubre. Es una guerra abierta, sin reglas, con montajes de espionaje y agravios en las redes que ofenden hasta a los aliados más lisonjeros, en cualquiera de sus versiones cordobesas.

Al final, la furia emanada desde el Parisini (Gordo Dan), Arietto, Lemoine, Iglesias, el Tronquito, los canales de noticias y los editoriales de La Nación no eran más que esta poquita cosa: a lo sumo, la simulación de algún disenso por el insulto a una persona con discapacidad y el reclamo del respeto al diálogo privado hasta para organizar coimas. En los últimos días, la agenda del mainstream mediático viró desde la obscenidad de la ruta del dinero difundida por Spagnuolo a tratar de dilucidar el origen de la filtración.

Una guerra interna abierta, sin reglas, con montajes de espionaje y agravios en las redes que ofenden hasta a los aliados más lisonjeros de Milei, en cualquiera de sus versiones cordobesas

Las candidaturas como la del policía Maximiliano Bondarenko y “el profe” José Luis Espert la provincia, y el abogado ultracatólico Alejandro Fargosi en CABA, más los aportes de la dupla PRO Santilli-Ritondo, no sumaron el más mínimo alivio a un oficialismo que atraviesa su peor crisis.

Del derrotismo al exitismo

Con la podredumbre ultraderechista desatada, el mundo anti-Milei pasó del derrotismo a cierto exitismo con el transcurso de las semanas. Hay indicios sólidos para pisar el freno, entre otros, el evidente intento del Gobierno nacional de bajarse el precio para poder festejar un empate o una derrota por poco.

Durante la campaña de 2023, la candidatura presidencial de Milei vivió momentos oscuros, en los que el padre de los cinco hijitos de cuatro patas se mostró alienado en televisión, con aliados en fuga y actos proselitistas de apariencia fúnebre, vacíos de militantes y poblados de barrabravas mercenarios. Y sin embargo, Milei rompió el techo en las primarias, trastabilló apenas en la primera vuelta y arrasó en el ballottage.

No corresponde menoscabar el valor de la baja de la inflación para los hogares, en especial, aquéllos más indefensos, ni el hartazgo, incluso odio, que germinó en importantes sectores sociales contra el peronismo, el progresismo, la izquierda y cualquier proyecto político que incluyera en su discurso, real o impostado, la idea de un proyecto colectivo. Pisar la cabeza al prójimo en nombre del derecho individual se transformó en una bandera convocante. A tal punto llegó el sufrimiento por la inflación y la voluntad de escarmentar al peronismo, que 56% de los argentinos decidieron faltarse el respeto a sí mismos y pusieron la boleta de Milei en la urna hace apenas 22 meses.

Una pauta del giro que debería ocurrir hoy para consolidar una victoria peronista es que, en 2023, en la primera sección electoral, la socialmente más diversa, que suele marcar algo aproximado al promedio provincial y alberga partidos humildes (Moreno), medios (Morón) y ricos (San Isidro), industriales (San Martín) y semirrurales (Suipacha), la boleta de gobernador de Kicillof obtuvo 44,5%, la de Juntos por el Cambio 26,4% y la de LLA 24,8%. Si las dos derechas, que ahora van en alianza, repiten sus apoyos, difícilmente podría ocurrir hoy una derrota del partido de los Milei.

Es cierto que pasaron dos años y el ultraderechista implementó un ajuste que pagó cualquiera menos la casta, en todas sus acepciones —desde la elite económica voraz a jueces, periodistas y sindicalistas comprables, y laboratorios pagadores de coimas—, incumpliendo otra de sus promesas centrales. Pero ese economista auspiciado por grupos empresariales poderosos (Eurnekián primero, Rocca y Bulgheroni después), mimado por las pantallas (América primero, Clarín y La Nación después), consultor-candidato que cobraba US$25.000 la charla con inversores, portador de violencia fascistoide y promotor de la venta de órganos y personas ganó la Presidencia con la bandera de la regeneración ética. La mayoría de los argentinos eligió creer.

Desde entonces, el panperonismo ofreció resistencia en las bancadas legislativas y un puñado de gobernadores, eclipsada por un espectáculo que encontró a la deshonrosa claudicación de la CGT, Massa en silencio, Alberto Fernández fuera de pista y los Kirchner volcados a eximirse de toda responsabilidad del pasado y obturar cualquier liderazgo de reemplazo. A falta de autocrítica, se produjo la reaparición fulgurante de Guillermo Moreno.

Se trata de un escena en pleno desarrollo, que requerirá esfuerzos de lectura y cuya secuencia sería irresponsable precisar.

SL

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El laberinto del que no escapan las coaliciones de centro: conseguir que los voten quienes están hartos de Milei y el PJ

El laberinto del que no escapan las coaliciones de centro: conseguir que los voten quienes están hartos de Milei y el PJ

Entre la polarización y las urgencias provinciales, los espacios no oficialistas ni peronistas chocan contra los mismos muros de ese intrincado camino político-electoral: fragmentación, unidad difícil de lograr, ausencia de propuestas desgaste de nombres y la dificultad de mostrarse como opción real.

Julio Zamora: “No somos la avenida del medio, sino una alternativa de poder real y concreto”

Paridad de género: solo el 19% de las listas bonaerenses son encabezadas por mujeres

Cuando millones de bonaerenses elijan hoy a sus representantes en la Legislatura provincial, el tablero –salvo un milagro— volverá a ordenarse bajo la lógica binaria que domina la política argentina. De un lado se ubican La Libertad Avanza aliado al PRO; del otro, el peronismo de Axel Kicillof. Entre ambos extremos, las terceras fuerzas intentan abrirse paso. Lo hacen con el discurso de la renovación y la promesa de superar la grieta, aunque con caras conocidas que pueden sumar adhesiones porque se les atribuya experiencia e inclusive un historial digno en la función pública, pero generan dudas sobre la autenticidad de esa apuesta. Para ellas, cada movimiento parece un pasillo distinto del mismo laberinto: avanzar sin toparse con muros invisibles que las devuelven al mismo punto de partida.

La apuesta más ambiciosa es Somos Buenos Aires, una coalición que reúne a la UCR, la Coalición Cívica, el GEN de Margarita Stolbizer, el Partido Socialista y varios intendentes que rompieron con Milei o con el kirchnerismo. Su lema es claro: construir consensos más allá de la polarización. Su problema también: convencer a la opinión pública de que no son “más de lo mismo”, o de que al menos no tienen nada que ver con el clan Milei ni con el clan Kirchner.

La lista lo muestra con nitidez. En la Primera Sección compite Julio Zamora, intendente de Tigre enfrentado a Sergio Massa; en la Tercera, Pablo Domenichini, rector de la Universidad de Almirante Brown; en la Cuarta, Pablo Petrecca, jefe comunal de Junín. La nómina se completa con intendentes radicales como Maximiliano Suescun (Rauch) y Fernando Martini (Roque Pérez), además de Andrés De Leo en Bahía Blanca y Pablo Nicoletti en La Plata. Todos con gestión, todos con historia, ninguno con la frescura de un debutante. La Corea del Centro se arma con dirigentes probados, aunque quizás poco novedosos.

La Legislatura bonaerense tiene 138 integrantes: 92 diputados y 46 senadores. Se renueva por mitades cada dos años: este 2025 se eligen 46 diputados y 23 senadores, distribuidos en las ocho secciones electorales.

Zamora defiende el armado como “una síntesis de tradiciones” y plantea reformas como un IVA bonaerense para corregir la coparticipación o un refuerzo en seguridad. “No nos vemos como la avenida del medio, sino como una alternativa de poder real y concreto”, aseguró a este diario.

En la Segunda Sección no juega Somos Buenos Aires. Allí, el intendente Manuel Passaglia impulsa su propio espacio, Hechos, de tono vecinalista. Gobernó bajo la marca de Juntos por el Cambio, pero se apartó de Milei y del peronismo. Su aparición confirma que los intendentes buscan marcar territorio, aunque sin una conducción provincial que unifique esfuerzos.

A la par surge Potencia, el frente liberal-republicano liderado por María Eugenia Talerico, con el constitucionalista Félix Lonigro como figura en la Primera Sección. El espacio denuncia que el resto de la oferta se nutre de “reciclados del peronismo y el massismo”, aunque carece de intendentes y estructura territorial. El riesgo es claro: nombres resonantes sin votos asegurados.

En un segundo plano se anotan Nuevos Aires, con el penalista y panelista de TV Mauricio D’Alessandro, y Es con Vos, es con Nosotros, con Gustavo Arabia. Fragmentados, sin cohesión ni liderazgos fuertes, buscan visibilidad más que poder real.

Roberto Lavagna, junto a su tropa, durante la campaña electoral del 2019.

El centro no garpa nunca

La dificultad para romper la polarización no es nueva. En 2015, Sergio Massa y José Manuel de la Sota arañaron 5 millones de votos, pero quedaron fuera del balotaje. En 2019, Roberto Lavagna no superó el 6%. En 2023, un outsider como Milei arrasó con el descontento y relegó al centro a la irrelevancia. Hoy, la incógnita es si en unas legislativas —sin cargos ejecutivos en juego— puede haber revancha.

En parte, la dificultad está en que las terceras vías quedan siempre atrapadas en la lógica de los extremos: si buscan diferenciarse demasiado, corren el riesgo de diluirse; si se acercan a uno u otro polo, terminan absorbidas. Ese equilibrio imposible las condena a ser vistas como opciones transitorias o testimoniales, más preocupadas por marcar distancia que por construir un proyecto propio capaz de disputar poder real.

La “avenida del medio” tuvo en Massa y Sáenz uno de sus experimentos más ambiciosos, pero el camino también desembocó en la polarización.

El votante bonaerense se encuentra atrapado entre dos fuerzas que concentran el poder real: la que conduce la Nación y la que gobierna la Provincia. La tercera vía tiene un mercado potencial enorme, entre quienes desconfían de Milei y quienes rechazan al peronismo. Pero las dudas son siempre las mismas: ¿qué proponen? ¿quién los lidera? ¿para qué sirven?

En ese contexto, los intendentes del medio parecen recorrer un laberinto sin salida clara: apuestan a la gestión local y a la cercanía con sus vecinos, pero no encuentran la salida que los proyecte más allá de sus distritos. La misión imposible de 2025 es hacer visible un camino distinto entre dos gigantes que dominan la escena: el Presidente y el gobernador.

La ausencia de propuestas claras

Más allá de los diagnósticos sobre la grieta, lo que aparece en falta es un programa concreto que atraiga a los votantes desencantados. Los espacios de centro prometen escapar del ring de la polarización, pero rara vez explicitan cómo transformarían la economía, qué política social aplicarían o de qué manera encararían la seguridad. La narrativa de la “superación” queda bien en campaña, aunque se vuelve insuficiente para quienes esperan respuestas tangibles.

La duda que sobrevuela es si la verdadera propuesta del centro no es más que “no ser Milei ni peronismo”. Un argumento negativo, basado en la exclusión de los otros, que puede servir para llamar la atención, pero difícilmente alcance para consolidar una identidad propia. En esa indefinición, el votante se pregunta qué futuro le ofrecen estas coaliciones: ¿ser apenas una bisagra, un espacio de negociación, o un proyecto con capacidad de gobernar?

A esto se suma la incertidumbre sobre su comportamiento legislativo. Si llegan al Congreso, ¿podrán sostener una bancada cohesionada o terminarán sumándose a los bloques mayoritarios? La historia reciente está llena de ejemplos de diputados que entraron por la “tercera vía” y, al poco tiempo, se integraron a una de las dos grandes orillas. Esa fragilidad convierte al centro en una promesa difícil de sostener, un sendero enmarañado y viboreante que siempre corre el riesgo de desembocar en el mismo callejón de la polarización.

JJD/MG